lunes

12 de septiembre de 2018.


Habíamos planeado que a eso de los treinta, si él estaba solo y yo aún disponible, le ganaríamos a la soledad y a la disponibilidad y uniríamos nuestras existencias. El único problema es que no contamos con el hecho de que para cuando el tuviera los treinta yo tendría veintitrés y para cuando yo tuviera los treinta el tendría treinta y siete. Una simple ecuación matemática sí... pero un complejo concepto que involucraba tiempos/ espacios distintos y en el mejor de los casos una máquina del tiempo... Otro problema que se nos presentó es que para sus treinta no estaba del todo disponible y para los míos, yo tampoco. Hoy volveré a verle. Hoy es domingo y está aquí. Deséenme suerte.